DEPTHS WITHIN YOURSELF
- Paola García O
- 24 ene 2022
- 4 Min. de lectura

Hace muchos años yo creía que era de esas personas que no sabía expresar sus sentimientos a través del arte como lo hacían “los artistas”, solía hacer cosas solo por su estética, porque se veía y me salía bonito y ya está, y por supuesto no me consideraba una artista.
Suelo ser muy buena copiando cosas que ya existen, y mucho tiempo me creí la idea de que yo era buenísima para copiar pero no tan buena para crear, me costaba mucho trabajo crear cosas que vinieran de mi y muchísimo más crear cosas a raíz de mis sentimientos. Me fui dando cuenta que ese bloqueo era gracias a creencias limitantes (bennnditas creencias jajaja), ¿quién me lo dijo y por qué le creí?... God knowsss.
Luego, por personas, viajes y proyectos hermosos que me he topado en el camino, empecé cuestionarme muchas cosas y a conocerme muchísimo mejor. Evidentemente ha sido un proceso muy lento, y me he tardado bastante en hacerlo consciente. Mucho ir y venir y mucho subir y bajar. It has been rough. Algunas veces de una manera muy inconsciente empecé a retarme, y esporádicamente me daba el tiempo de crear para mi, en un espacio seguro. Y también me enseñaron a descubrir cómo usar el arte con muchos otros propósitos más que solo “porque se ve bonito”.
Hasta queee, hace poco me di cuenta que, *pretends to be shocked*, mis bloqueos creativos tenían todo que ver con mi proceso personal, y descubrí que mientras trabajo y destruyo mis creencias personales, guess what, también construyo “mi autoestima creativa”.
Cada descubrimiento personal que he hecho me daba cuenta que de una u otra manera también me limitaba en mi parte artística y el 2021 terminó por ponerme una arrastrada por el suelo, tanto personal como laboral y creativa. Hubo momentos de mucha luz, pero hubo momentos de muchísima oscuridad. Y pasar tanto tiempo con mi cabecita loca me ayudó a darme cuenta de varias cosas que no había podido ver.
La pandemia me está dejando unas cuantas lecciones a través del arte.
Por un lado, resulta que también le agarre el gusto a escribir para mi. Primero fue de una manera muy espontánea y después un poco obligada, pero gozada. Escribir siempre me ha ayudado a darle estructura a lo que pienso, y siempre he sido muchísimo más buena para escribir que para hablar, así, sin pre-meditar. Me acordé que siempre era esa amiga a la que mis amigos les mandaban sus risky texts para maquillarlos y encontrar las mejores palabras escritas para expresar algo que querían decir jajajaja.
Y así es para mi misma también, me ha ayudado a estructurar las cosas que rondan por mi cabeza ante situaciones y me está encantando descubrir las cosas que se sanan a través de la escritura, aunque el lector solo sea yo. Porque el punto es que quede escrito, no precisamente que sea leído.
Por otro lado, empecé a usar el arte visual no solo para CREAR y destruir mis creencias limitantes si no que también empecé a descubrir lo importantísimo que es disfrutar todo el PROCESO, porque todo TODO sale a raíz de lo consciente y de los pensamientos que tienes en el proceso. Y de cierta manera sin darme cuenta el arte se convirtió en una herramienta terapéutica súper importante para mí para romper mis propias creencias y construir nuevas.
*Mind blown*, empecé a usar el arte a través de mis sentimientos. ¿Ya soy una artista?
Una de mis lecciones más persistentes el 2021 fue a raíz de estar en una crisis existencial muy fuerte. Recuerdo estar perdidísima y sabía que necesitaba perspectiva para entender qué estaba pasando, pero como TODO lo quiero controlar, hasta quería controlar el tiempo que me iba a tardar en recuperarme de una crisis, JA! Me había dado un tiempo fuera del país, porque gracias a Dios tenía esa carta comodín para usar, y recuerdo retomar terapia y decirle a mi terapeuta que quería obtener todas las respuestas para antes de regresar a México para no regresar a hacer lo mismo. Como si eso se pudiera controlar…
Recuerdo que me dijo que primero que nada tenía que aceptar que estaba en una crisis, y que eso estaba BIEN. Que necesitaba aprender de los procesos, que necesitaba ACEPTAR los procesos y que tenía que aprender a soltar el control. No tenía que tener las respuestas ya.
¡SOLTAR EL CONTROL! La frase más repetida del último semestre del 2021. Y me daba cuenta como en verdad TODO lo quiero tener bajo control. Incluso cuando pinto, se me hacía tan difícil confiar en los procesos, y aparte siempre los quería acelerar, y apaaaarte ni si quiera me daba permiso a equivocarme. I mean, what?
Y así como me daba cuenta que debía de disfrutar mi proceso de sanación para salir de mi crisis existencial y soltar el control, lo mismo me pasaba en el arte. Así como dicen que las personas son un espejo siento que eso me pasó con mi proceso artístico.
Necesitaba confiar más en los procesos, confiar que a lo mejor en la primera capa de pintura el cuadro pudiera parecer un desastre pero al final puede quedar perfecto. ¡O tal vez al revés! Entender que el proceso no es lineal, que las cosas pueden aparentar ir bien y de repente das un brochazo equivocado. Pero que no pasa nada porque toooodo se soluciona, o aprendes a ver lo artístico del brochazo equivocado o a veces hasta lo puedes recubrir sin dejar ningún tipo de marca...
Yes, el párrafo anterior puede o no ser una analogía, porque puede ser o no tan literal como lo quieran leer jajaja.
Y bueno, así es como curiosamente llegaron a mi dos mensajes muy claros con los que cerré el 2021 que curiosamente llegaron representados en animales. ¡Y SABÍA! que los tenía que pintar...
Y más que solo pintarlos, compartir el mensaje a través de la escritura, y pues... here we are.

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